
Con el lanzamiento de la nueva colección de cubiertos Clivo, conversamos con Patricia Urquiola sobre su conexión con Japón, la importancia de la sostenibilidad en sus proyectos y el papel esencial que juegan los materiales en su proceso creativo. Un diálogo íntimo que nos sumerge en el proceso creativo de una de las diseñadoras más influyentes del panorama contemporáneo.
En 2018 presentaron la colección de ollas Edo, cuyo nombre hace referencia al antiguo Tokio, y este año llegan los cubiertos Clivo, inspirados en los utensilios tradicionales japoneses fabricados en bambú. ¿De dónde nace este vínculo con Japón? ¿Qué es lo que le atrae de esta cultura?
Japón posee una forma de proyectar que es esencial y precisa. Clivo nace precisamente de ahí: de una idea de forma que surge por sustracción, del gesto calibrado, del respeto profundo por el material. Como ocurre con los pequeños utensilios de bambú: cada detalle es funcional, pero también profundamente sensorial. Con Alessi, que trabaja el acero con una sensibilidad excepcional, este enfoque cobra vida en un objeto sólido, preciso y, al mismo tiempo, delicado.
Desde hace tiempo, la sostenibilidad es el hilo conductor de sus proyectos: todos los objetos diseñados para Alessi son de acero. ¿La elección de este material se debe también a la sensibilidad medioambiental?
Cuando se trabaja con Alessi, es natural pensar en el acero. Es un material que forma parte de su historia, de su manera de entender el proyecto, y que dominan con un know how muy particular. Para mí, cada proyecto se convierte en una oportunidad para releer el material, para buscar un nuevo lenguaje. Además, es un material extremadamente duradero, capaz de garantizar una larga vida al producto.

Una pregunta más sobre el acero, ¿puede nacer un proyecto desde la sugerencia que ofrece un material? ¿O el material entra en juego como una elección posterior?
A veces es el propio material quien sugiere la forma; otras, es la tensión entre la idea y el límite lo que da origen a las soluciones más interesantes. La génesis de los proyectos suele estar guiada por una combinación de factores: el material, la forma, los procesos de producción, sin que uno solo actúe como único motor.

Edo es la antigua denominación de Tokio, pero también —curiosamente— es el verbo latino “comer”. El nombre Clivo evoca el gesto del tallado, la delicada transformación de una fibra vegetal en herramienta. ¿Cómo nacen los nombres de los objetos que diseña?
The names are part of the project. Sometimes they come to me immediately, like an intuition, sometimes only at the end, when the object has found its voice. They have to tell a story, create a resonance. "Edo" plays on ambiguity: Time and gesture, orientation and function. "Clivo", on the other hand, begins with an action, a minimal movement – the small cut that transforms a plant fiber into a utensil.